¿Alguna vez te han dicho algo parecido? ¿De verdad que esa persona puede saber cómo te sientes?
Muchas veces, al estar conversando, incluso discutiendo, nos han dicho cosas, como «sé lo que estás pensando», «sé cómo reaccionas cuando hablamos de este tema» o «yo sé cómo eres tú».
En esos casos, ¿cómo puede la persona saber lo que sientes, piensas o cómo reaccionas?
Es verdad que podemos conocer mucho a una persona y que también podemos ponernos en sus zapatos para entender mejor cómo se siente o cómo piensa. Y obviamente si alguien nos conoce mucho, puede llegar lo más cercano posible a saber cómo reaccionamos o nos sentimos.
Sin embargo, la mayoría de las veces, las personas, al hacer eso, nos basamos en nuestras propias experiencias y no verdaderamente en las experiencias de los demás. Sobre todo si estamos en una discusión en la cual buscamos contestar según lo que queremos.
A través del metamodelo del lenguaje, uno de los seis fundamentos de la PNL, podemos entender y analizar un poco más en profundidad esa manera de hablar a los demás y a nosotros mismos. Esto nos va a ayudar a mejorar nuestra comunicación y relaciones.
¿Qué es el metamodelo del lenguaje?
El metamodelo del lenguaje es un «mapa» que ayuda a reconocer y explicar la manera en que distintas personas utilizan su lenguaje verbal para representar el mundo en el que viven.
Consiste en doce patrones de habla que nos ayudan a reconocer las ambigüedades que ocultamos las personas al hablar, pudiendo aumentar o disminuir mediante preguntas dicho grado de ambigüedad.
Al decir «ya sé lo que sientes», estamos cayendo en una ambigüedad en la cual la persona que habla afirma algo que presupone que conoces sobre la experiencia interna de la persona a la cual se dirige.
¿Cómo podemos hacer que la persona se dé cuenta y que hable más claro?
Preguntándole «¿cómo sabes tú lo que yo siento?».
La mejor forma es preguntar a la persona de dónde está sacando esa información que está suponiendo. Esto hace tomar consciencia y puede ayudar mucho a mejorar la comunicación y evitar malentendidos.
A esta ambigüedad en el metamodelo del lenguaje se le llama lectura de mente.
Otros ejemplos de este patrón del metamodelo pueden ser: «no estás interesado», «no merece la pena», «tienes curiosidad sobre lo que estoy haciendo», «te va a encantar esto que viene ahora, vas a disfrutar esta tarde», «me quieres echar de aquí», «él no sabe lo que se pierde al no venir» o «no te va a creer cuando se lo digas».
En resumen: El metamodelo del lenguaje es uno de los seis fundamentos de la PNL que nos dice cómo la forma en la que hablamos es la forma en la que pensamos y en la que vivimos nuestro mundo interior.
Ahora que sabes esto te invito a que revises la forma en la que te hablas a ti mismo y en la que le hablas a los demás. Esto te ayudará a tomar consciencia de como estás pensando y viviendo tu mundo interior, además de a mejorar tu relación contigo mismo y con los demás.
¿A qué esperas para empezar a revisar lo que estás pensando y cómo te estás comunicando?