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Vivir es más que existir

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Vivir de verdad en letras mayúsculas implica tomar conciencia, es decir, estar presente: ¿Cuántos días pasan sin que te des cuenta o sin haber dado la importancia que de verdad tiene a esa jornada? La existencia es el primer punto de partida para vivir de verdad como ya explicó Descartes a través de su célebre frase «pienso luego existo».

Cuando nos encerramos en los límites de la existencia tenemos una visión muy reduccionista de la realidad. Por tanto, es fundamental ampliar la mente para ir más allá de lo evidente. Vivir de verdad es poner el punto de atención en el equilibrio como un concepto que busca la armonía entre cuerpo y mente, individualidad y relaciones sociales, trabajo y vida personal.

Con frecuencia, romper el equilibrio necesario es lo que conduce a una persona a sobrevivir en lugar de vivir. Así ocurre cuando una persona pasa tantas horas de su día a día pendiente de temas profesionales y con el cansancio que produce el trabajo, que termina agotada y siente que no dispone del espacio necesario para disfrutar de su vida personal.

En D´Arte Formación te damos las claves para vivir en letras mayúsculas:

1. En primer lugar, aparca en un segundo plano el miedo al qué dirán y no limites tus sueños por ser un buscador constante de la aprobación externa: ¿Qué es lo que tú quieres? ¿Dónde te gustaría estar a día de hoy? ¿Y cuál es tu situación real? Si no estás en el punto en el que te gustaría estar, entonces, lucha por establecer cambios.

2. En medio de la sociedad de la prisa, es fundamental practicar la calma y encontrar espacios para el relax ya que nada es tan urgente como tu propio bienestar.

3. La diferencia entre vivir y existir depende principalmente del modo en el que una persona afronta su destino. Aquel que ocupa el rol de actor secundario en lugar de ser protagonista de su propia historia, está renunciando a su verdadero papel.

4. La vida también se vive de una forma u otra dependiendo de las creencias que la persona tiene sobre la misma. Quien asocia la vida con el sufrimiento, entonces, se coloca en posición de víctima. En cambio, quien asocia la vida con la alegría, abre sus puertas de par en par a la dicha.

Fuente – Inspirulina

Foto – Siempre 88.9