Todo el mundo comenta lo mal que está la situación en esta empresa, todo el mundo sabe que no se están haciendo las cosas bien, todo el mundo dice que has cometido muchos errores… ¡Qué de cosas sabe todo el mundo!
¿Y quién es ese todo el mundo que sabe tanto de tu empresa y de tu trabajo?
Parece que es el que está más enterado de todo lo que pasa y, además, el que sí sabe exactamente cómo se hacen las cosas de la mejor manera posible. Lo mejor es dar con ese «todo el mundo» para que nos solucione todo.
¿Alguna vez te has preguntado a quién se refieren cuando nos dicen «todo el mundo está comentando o diciendo algo»?, ¿qué información no nos están contando?
Igual pasa cuando escuchamos frases como «la gente dice», «me preguntan qué» o «me han sugerido que haga esto o aquello». En todas estas formas de hablar está faltando información que sería de mucha utilidad preguntarse.
Es muy importante revisar la forma en la que hablas o en la que te hablan, ya que eso puede ayudarte a mejorar tu comunicación.
En Programación Neurolingüística (PNL), uno de los seis fundamentos es el metamodelo del lenguaje. A través de éste se puede explicar que la manera como hablamos es la manera como estamos representando nuestro mundo interior: así como hablamos, pensamos y también actuamos.
Al saber esto podemos empezar a hacernos preguntas a nosotros mismos o a los demás al momento de hablar y así no dejar espacios sin información que terminan en mala comunicación y en malentendidos.
A través del metamodelo del lenguaje podemos encontrar esas ambigüedades en la forma en la que hablamos, algo que nos puede ayudar a mejorar nuestra comunicación con otras personas. También podemos descubrir cómo nos hablamos y cómo esa forma de hablarnos influye en nuestras conductas, ayudándonos algunas veces a potenciarnos, y otras, a reconocer cómo ese diálogo interno y nuestros pensamientos nos pueden limitar.
¿Qué es la falta de índice referencial?
En el metamodelo del lenguaje encontramos tres tipos de ambigüedades: de omisión, de distorsión y de generalización. En este caso, estamos hablando de una omisión.
Al decir «todo el mundo» estamos omitiendo de quién estamos hablando. A esta violación del metamodelo se le llama falta de índice referencial y se produce cuando, al explicar una situación, falta el sujeto o el objeto de esta frase.
¿Cómo podemos darnos cuenta o hacer que la otra persona se dé cuenta?
Concretando qué o quién realiza la acción; es decir, preguntando: «¿a quién específicamente te refieres?».
En resumen, a través del metamodelo del lenguaje entendemos que al hablar con nuestro lenguaje reflejamos nuestro mundo interior, es decir, la forma en la que pensamos.
Ahora que sabes esto, ¿qué puedes hacer?
Puedes ir empezando a incorporar poco a poco el metamodelo, observando la forma en la que hablas y la forma en la que hablan las personas de tu entorno. Luego de que cada vez hagas más consciencia, te será más fácil empezar a cambiar esos patrones que estabas acostumbrado a utilizar por unos que te beneficien más y también podrás llegar a tener conversaciones más precisas y mejorar tu comunicación con los demás.
¿A qué esperas para empezar a ser un/a genio/a comunicándote?
