
Empecemos con responder a la primera pregunta. ¿Qué es lo que nos da sustento internamente como individuos? El sustento interno como individuo lo conforman nuestros principios, valores, creencias, las habilidades que forman parte de nosotros, y en la base de todo esto encontramos, en lo más profundo de nuestra esencia, nuestra misión, nuestra motivación principal para estar vivos, lo que le da sentido a nuestra existencia. Todos estos, a su vez, deben ser congruentes entre sí; por ejemplo: mis valores deben estar en consonancia con mi misión, mis habilidades, mis creencias, y así debe ser la relación de todos con todos, consonancia en su máxima expresión.
Luego, ¿qué se manifiesta en nuestras acciones? Esto es, sencillamente, cómo son nuestros comportamientos y actitudes. Es lo que sale a la superficie, lo que puede reflejar o no lo que hay dentro de nosotros. Al final, es la manera que vamos a tener para llevar a cabo nuestros sueños, metas, planes, para cumplir esa misión por la que nos levantamos todos los días.
Cerramos con la pregunta: ¿cómo impactamos en nuestro entorno? Somos seres sociales y esta realidad suscita que nuestra presencia en el mundo tenga un impacto, que las demás personas nos conozcan, vivan experiencias con nosotros y puedan hacerse una idea de cómo somos y sepan qué nos da sustento como individuos.
Todo esto lo podríamos resumir en la suma de 2 aspectos: Congruencia entre lo que soy y lo que hago, me siento libre porque mi esencia se manifiesta en mi hacer; y la intención de mis actos es genuina y positiva, no me perjudica ni busca perjudicar a los demás, mi impacto en mi entorno es percibido como potenciador y auténtico. Si somos personas con esta exquisita combinación, desde mi humilde perspectiva, podremos decir que somos individuos realmente íntegros.