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Cómo prevenir el síndrome del trabajador quemado

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Cómo prevenir el síndrome del trabajador quemado

La felicidad en el trabajo es una fuente inagotable de satisfacciones para aquel profesional que disfruta con su labor diaria y se esfuerza por alcanzar sus objetivos. El mejor modo de luchar contra el síndrome del trabajador quemado es la prevención ya que en ocasiones se llega a esta fase de estancamiento por no escuchar los síntomas de alarma. Uno de los síntomas de frustración es permanecer estancado en un confort incómodo, esa desagradable sensación de no avanzar en la dirección deseada conviviendo día tras día en una rutina laboral un tanto agónica.

Uno de los puntos más importantes para prevenir el síndrome del trabajador quemado es recordar que siempre se puede hacer algo al respecto. Cuando las personas llegan a la fase de la frustración pueden llegar a comportarse como si estuviesen encerradas en una realidad que les deja sin libertad.

Sin embargo, siempre es posible hacer algo al respecto: cambiar de actitud, relativizar las dificultades, poner el foco de atención en el lado positivo de ese empleo, realizar cursos de formación para actualizar el currículum, iniciar un proceso de coaching, participar en un taller de risoterapia, leer un libro sobre motivación, buscar otro trabajo, afrontar la aventura de emprender un negocio… De lo que se trata es de no quedar encerrados en el pensamiento en forma de túnel para potenciar la creatividad del pensamiento lateral.

Otro factor esencial para prevenir la fatiga que produce el síndrome del trabajador quemado es cuidar de uno mismo, respetar los descansos y aprender a decir no en el trabajo cuando la saturación de tareas se convierte en una rutina constante.

Solicitar ayuda profesional es positivo para superar el síndrome del trabajador quemado puesto que un proceso de coaching puede ser el punto de partida hacia el autoconocimiento tomando esta etapa de dificultad como un reto que superar.

¿Tienes tanto trabajo que no tienes tiempo para practicar una afición? Entonces, hay algo que está fallando. Ningún trabajo es tan importante como para renunciar al placer de desarrollarte a través de aficiones que son un antídoto natural para prevenir el estrés. Cuando el trabajo comienza a robar espacios importantes de nuestra vida, sufrimos en exceso porque que todo se reduzca al trabajo es agotador incluso cuando realizas un trabajo que forma parte de tu vocación.